El adulto del mañana
CON LOS IDEALES BIEN PUESTOS Conocí a una joven mujer que tiene toda una vida por delante. Soñó hace algunos años con la posibilidad de ser locutora y su fuerza de voluntad logró que aprobara el examen de ingreso a la carrera. Así, su ilusión se fue haciendo realidad. Pero algo hizo cambiar su parecer. Victoria tiene 23 años, vive aun con sus padres y un hermano menor que ella en su pequeño y cálido departamento ubicado en el barrio Parque Patricios. Me contaba que a los 8 ó 9 años visitó Radio Nacional con sus compañeros de la escuela primaria. Era la primera vez que conocían una radio por dentro; todos estaban un tanto tímidos y no querían hablar, pero ella tomó fuerzas y se hizo cargo de las palabras. Y así, nacía su vocación hacia los medios de comunicación. Al contarme esto, una sonrisa tierna salía de sus labios, pero luego desapareció cuando hablábamos sobre su futuro. Sus expectativas con la profesión de locutora se vieron frustradas cuando notó a su alrededor “un ambiente competitivo, despiadado, carente del objetivo básico de la comunicación social”, me dijo ella como resignada ante algo que no tenía escapatoria. Sin embargo, Victoria decidió terminar la carrera porque consideró necesario un título. Ahora está dedicada a los más pequeños. Estudia maestra jardinera y se la ve bien, contenta, como con esa ilusión que tenía cuando era una adolescente. Me dijo que “el mundo de los niños es completamente diferente, ya que en su inocencia está toda la bondad del ser humano”. Y es por eso que encuentra mucho valor en la educación inicial; su intención es que el niño no pierda esa capacidad tan espontánea y útil, y que pueda potenciarla. Victoria es una mujer capaz, con mucho valor, que lucha en esta vida para mejorarla, salteando los obstáculos de la mejor manera posible, con optimismo; y piensa que “aunque sea pequeño lo que ella pueda hacer para los demás, es muy valioso porque si cada uno aporta esa pequeñez, evitaríamos muchos males del hombre”. Algunos dicen por ahí que ya no existen ideales en el mundo; si lo que dice Victoria no son ideales pues entonces la vida carece de sentido. Ojalá existan muchos en este mundo que piensen como ella. Y así en verdad, todo será mejor. Este texto fue realizado en agosto de 2000 por: Alejandro Costanzo |
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