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La inflación no para y el gobierno la minimiza

EL MORENITO: UN DIBUJO ANIMADO DE LOS KIRCHNER

Moreno: el soldado de Kirchner

Comparando los tickets (2006, 2007 y 2008)

Basta con vivir -o sobrevivir- en Argentina para darse cuenta de que el índice de inflación es muy superior a las cifras oficiales que anuncia todos los meses el gobierno de los Kirchner.

Ya no es necesario que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) elabore este índice porque nadie les cree. A ver si se entiende, o lo quiere comprender el gobierno K: no hace falta ser economista, consultor o político para darse cuenta que la inflación oficial es un mamarracho, un dibujo, una risa, una men-ti-ra, por más que el Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, diga que la oficial es la única medición, y que cualquier otra no existe.

En lo que va del 2008 -desde enero hasta agosto- la inflación oficial acumula el 5,5%. Una joya para un país que crece -según el mismo gobierno- entre un 6 y 8% mensual. Pero dejemos por un momento el maravilloso país de los Kirchner para pasar a lo duro, lo crudo y difícil; eso que le quita el sueño tanto a Néstor como a Cristina: la realidad.

Nuestros padres o abuelos decían frecuentemente "guarde eso que uno nunca sabe cuando lo va a necesitar". No se si es este el caso pero alguien se atrevió a hacer lo que nadie: no tirar los tickets del supermercado donde realiza sus compras desde el año 2005. El autoservicio pertenece a la Ciudad de La Plata -a tan solo 60 kilómetros de la Casa Rosada- donde existe una realidad que está alejadísima de lo que asegura y re-contra asegura el gobierno nacional. Veamos: estos tickets representan a miles de familias que asisten al mismo supermercado, quienes en lo que va del 2008 han sufrido un aumento de un 25% promedio en los alimentos: cinco veces más de lo que afirman las estadísticas del INDEC; y si se tomara desde enero de 2006 los incrementos alcanzan un 66%.

Este análisis contempla una serie de productos de primera necesidad como: leche, yogurt, fideos, puré de tomate, harina, dulce de leche, arroz, azúcar, aceite, huevos, jamón cocido, pan, hamburguesas, papel higiénico, queso untable, sal, yerba, cerveza y gaseosas, entre otros. Dentro de los que más aumentaron desde el 2006 encontramos el arróz con un 100%; tanto el azúcar como el jamón cocido ascienden al 70%; los fideos promedian el 110%; la harina se encuentra en un 100%; la lata de duraznos promedia el 100%; el pan está cerca del 80%; el papel higiénico poco más del 100%; el puré de tomates registra el mayor aumento con el 155%; las tapas para tarta llegan a un 66%; la yerba promedia un 40%; los huevos un 23%; la leche llegó a un 35% y los yogures están en torno al 50%. En cuanto a las bebidas se puede ver que la Coca Cola y Sprite aumentaron un 60% mientras que la 7up apenas supera el 50%. Por otro lado la cerveza oscila en un 40%.

Pero si nos detenemos en este último año, es decir desde enero hasta agosto de 2008, se puede observar que este período concentra en promedio la mitad de los aumentos mencionados anteriormente. Por ejemplo: el arroz registra un 60%; los fideos un 50%: la lata de duraznos un 42%; el papel higiénico un 33%; el queso untable llega a un 24,3% de los 33,3% totales desde 2006; el pan aumentó un 23%; el aceite un 22%; las anchoas envasadas ascendieron un 21,4%; el yogurt un 21%; la coca, la sprite y el azúcar promedian un 16% en lo que va del 2008.

Como se puede ver estos son datos claros y objetivos, son de la realidad que tanto le molesta a los Kirchner, y que por sobre todo le hace mucho daño al trabajador argentino que se esfuerza a diario para poder sobrevivir con dignidad. Pero, mucho peor es la suerte de pobres e indigentes que no parecen haber disminuido como asegura el gobierno, ya que se puede notar un incremento de personas que viven en las calles; niños que piden dinero en los semáforos o limpian los vidrios de los autos; e indigentes que vagabundean todos los días por las ciudades tratando de alimentarse.

El argentino está cansado y tristemente acostumbrado a que los gobernantes le mientan, cuando son candidatos y después de asumir el poder. Tener un presidente -o PRESIDENTA- que gobierne para el pueblo: ¿es pedir demasiado?

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