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Mediatizados.com.ar - los intereses detrás de los multimedios

Poder

Chávez, la estrategia de un apasionado

Por estos días un amigo me dijo que Chávez no era confiable, que es muy contradictorio; y me recordó que había "despotricado" contra el gobierno de Cuba diciendo que es una dictadura. Decidí ir a buscar esas declaraciones que en verdad no recordaba. Quería evaluarlas y sabér por qué me estaba diciendo esto alguien con fuertes convicciones políticas de izquierda. 

El 5 de diciembre de 1998, un día antes de las elecciones que lo llevarían a la presidencia por primera vez, Chávez concedió una entrevista en Univisión al periodista Jorge Ramos, uno de "los 25 hispanos más influyentes de los EE.UU.", como le gusta definirse en su propia biografía. Ramos, hiperpremiado por la industria cultural, es un defensor y representante del poder corporativo mediático y económico del capitalismo. Aquel 5 de diciembre intentó que Chávez prometiera, casi bajo juramento, lo que debía o nó hacer en su gobierno. Con preguntas como:  ¿Usted sabe el miedo que genera en las personas? o ¿Dicen que no es demócrata, usted está dispuesto a entregar el poder en 5 años? o ¿Nacionalizaría algún medio de comunicación?

En fín, verán a un Chávez moderando su pasión, que aprovecha el espacio para llegar a un electorado adverso y desconfiado por el mismo medio. Que se atreve a afirmar que Cuba es una dictadura pero reconociendo en ello el derecho internacional de la autodeterminación de los pueblos. Que dijo muchas de las cosas que luego cumplió en su gobierno (la reforma de la Constitución, abrir el mercado a la inversión extranjera, trabajar en conjuto con los países de América Latina y el mundo) y que en rigor de verdad no mintió, como lo quiere hacer pasar Jorge Ramos (estar dispuesto a entregar el poder no significa deber dejarlo auque el pueblo quiera que siga; no renovarle la licencia a un medio de comunicación no es nacionalizarlo) 

Esto es sólo otro ejemplo más de que las corporaciones mediáticas están para mantener el statu quo y harán cualquier cosa como manipular, tergiversar, recortar y confundir a los ciudadanos para sostener ese poder de unos pocos.  

Cristina no ganó

Cristina no ganó

A pesar de haber obtenido más de un 50 por ciento de los votos y una diferencia de casi 38 puntos con el segundo, decir que CFK ganó es hacer un pobre y equivocado análisis de la realidad argentina.

Si bien se trataron de elecciones primarias, es probable que estos números se repitan o se acreciente la diferencia en favor de la presidente cuando se realicen las definitivas el 23 de octubre. Pero esto ya no es lo más importante.

                                                                                 por Alejandro Costanzo

El conflicto con el Campo que se desató en 2008, no fue una simple pelea entre un sector productivo y el Gobierno, sino la confrontación ideológica de dos visiones políticas distintas que intentaban conducir al país. Eran dos Poderes que disputaban el liderazgo de Argentina. Uno, el que votó la sociedad, el gobierno, con el derecho moral y la obligación para hacerlo. El otro, el que se oculta, el que nadie vota, con la inmoralidad histórica para imponerse.

Detrás de la expresión “el Campo” disparada intencionalmente por los medios de comunicación, se encolumnaban los grupos de poder acostumbrados a gobernar la Argentina desde las sombras. Grandes terratenientes dueños de miles de hectáreas, varias familias empresarias argentinas y multinacionales extranjeras. Celosos  guardianes de sus intereses, los de EE.UU. y el FMI. Todos ellos, reunidos bajo el paraguas protector y el fuego discursivo de los multimedios de comunicación.

El poder productivo junto al económico, externo e interno, aliados al poder mediático que ostenta la hegemonía informativa, conformaron una estructura nefasta para un país. Un modelo que se reprodujo en toda Latinoamérica y la condenó a la pobreza, la violencia y la sumisión política. Basta con revisar la historia “no oficial” como la que relata Eduardo Galeano en su libro documental Las venas abiertas de América Latina, un manual que debería ser parte de la educación en las escuelas.   

La disputa con el sector del agro no hizo más que precipitar las políticas de fondo del Kirchnerismo. Se inició así desde el Ejecutivo un proceso de profundo y constante cambio mediante el impulso de leyes y resoluciones que desarmaron parte de esa estructura perversa del Poder oculto y mejoraron la calidad democrática.   

La resistencia fue feroz: toda la artillería mediática se dispuso contra el gobierno y cada una de sus políticas. Día a día desde aquel conflicto por más 3 años se intentó desgastar la imagen de la presidente. Cerca de 300 medios en todo el país -y muchos otros aliados- manejados por una sola corporación mentían, manipulaban y tergiversaban los hechos en defensa de sus propios intereses políticos y económicos.

En septiembre de 2009 la adhesión al gobierno había caído al 20 por ciento. Pero la Ley de Medios permitió abrir algunas grietas en el discurso único de las corporaciones informativas. Por primera vez los argentinos accedían a verdades ocultadas por más de 30 años, se pudo ver la hipocresía del periodismo y de ciertos periodistas. Se develaron las relaciones de sumisión de políticos ante los grupos mediáticos y las complicidades con la dictadura.   

Cristina Kirchner fue votada por todas las clases sociales: obtuvo la mayoría en 23 de 24 provincias; lideró en los grandes centros urbanos, inclusive en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; predominó en las zonas del Campo y arrasó en el conurbano bonaerense. El 50,07 por ciento sorprendió al propio gobierno y mostró la impotencia de una oposición política que pagó un alto costo por defender los intereses de los mutimedios.

La realidad, esa que los medios están acostumbrados a inventar como le venga la gana, fue más fuerte. Por primera vez los multimedios son los grandes perdedores. Partidos políticos encubiertos que moldean y ponen en jaque a la democracia. Pero esta vez la democracia granó. Esta vez se impuso la voluntad genuina del pueblo. Esta vez ganó Argentina.

Kirchner: algo pasó y no nos dimos cuenta

Emotiva despedida a Néstor Kichner. Foto de tapa Diario Tiempo Argentino, 30 de octubre de 2010

Emotiva despedida a Néstor Kichner. Foto de tapa Diario Tiempo Argentino, 30 de octubre de 2010

La muerte de Néstor kirchner permitió comprender muchas cosas. La verdadera realidad se vive con los cinco sentidos, los medios apenas transmiten fragmentos sonoros y visuales. El resto depende de cada uno de nosotros para comprender si lo que nos dicen se corresponde con la verdad.

                                                                    por Alejandro Costanzo

La crisis del 2001 produjo en muchos argentinos bronca, impotencia, violencia y muerte. Pero sobre todo, un descrédito total de la política y de aquellos hombres que la ejercían. Entre protestas y  ruidosas cacerolas una frase se dirigía directamente a ellos: “que se vayan todos... que se vayan todos”.  Era una sensación de hartazgo ante tantas mentiras y frustraciones.

Desde 1983, continuos gobiernos democráticos tenían siempre problemas serios con la economía, la desocupación, la pobreza, la corrupción y la justicia. Temas recurrentes en los medios. La historia se repetía como tragedia. Los inmigrantes europeos que ya tenían hechas sus vidas decían que en este país es imposible morirse de hambre y que falte trabajo. Grandes extensiones de tierras fértiles y todos los climas. Nada puede faltar, repetían. Esto es mala administración. Los políticos son todos unos chorros, aseguraban con gran indignación. 

En todos estos gobiernos algo sucedía casi con exactitud: un período de esperanza, otro de aceptación y resignación y el último de desilución total. Y así comenzaba un nuevo ciclo. Para todos ellos el Ministro de Economía era un puesto clave. El más importante y el más conocido por la sociedad. Una especie de super hombre que iba a salvar al País. Pero nada de esto sucedía. El final estaba anunciado.

Todos los políticos son iguales, se aseguraba cada vez con más fuerza, prometen y prometen. Hablan de bienestar social pero a los pocos meses de gobierno muestran su verdadera cara. Hasta hacen todo lo contrario de lo que habían prometido. Traicionan al pueblo que los votó. Así, la democracia continuaba siendo una simple palabra en boca de todos pero vacía de contenido.   

El 21 de Mayo de 2008 publicamos en Mediatizados “Democracia: ¿qué te han hecho?”.  Allí se expresaba el profundo descreimiento en la política repasando los gobiernos de Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Fernando De la Rúa, Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner.  Apenas un mes había pasado del conflicto entre el Campo y el gobierno de Cristina Fernandez.

El mandato de Néstor Kirchner tuvo cosas muy interesantes, como impulsar la renovación de la Suprema Corte de Justicia, conocida como “la mayoría automática” que respondía a Menem; convocar a Las Madres de Plaza de Mayo a participar en su gobierno para dar comienzo a una política de Derechos Humanos; quitar los cuadros de los dictadores Videla, Massera y Galtieri de las instituciones militares; impulsar la anulación de las leyes de “Obediencia debida” y “Punto final” para que todos los represores de la última dictadura argentina puedan ser juzgados.

Pero hasta la finalización de su gobierno Kirchner no había podido modificar las fuerzas del Poder Real que siempre “gobernaron” la trágica historia de Argentina: un Poder en las sombras conformado por grupos económicos locales y multinacionales extranjeras que se agrupan bajo el “fuego discursivo” de los multimedios de comunicación. Entidades como la Asociación Empresaria Argentina (AEA) y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) le dan vida a esta estructura nefasta para la democracia que se replica en la mayoría de los países de Latino América. 

Así, en 2005 Kirchner tuvo que extender a los medios las licencias por 10 años más de los 15 que ya tenían, es decir hasta el 2030; y días antes de terminar su mandato permitió que el Grupo Clarín monopolice las señales de cable. Se fusionaron de hecho Multicanal y Cablevisión.  Por eso entendíamos que mientras no se enfrentara a la estructura del Poder mediático no se lograrían importantes cambios para el país. Y su gobierno sería uno más.

Pero algo cambió repentinamente. La pelea con el Campo precipitó las políticas de fondo del Kirchnerismo con la gestión de Cristina Fernandez. Tenían dos posibilidades: pactar con ese Poder oscuro como hiceron sus antecesores o enfrentarlo. Esta vez, se jugaron por la segunda opción.

La Ley de Medios no era una más. Los Kirchner sabían que con ella darían un primer sacudón al centro del Poder Real que dominaba las políticas de Argentina. La Ley de Medios fue la primer ficha del dominó que inició algo irreversible difícil de detener o volver atrás: el Estado comenzó a retomar el Poder que le habían arrebatado las corporaciones económicas con la ayuda de dictaduras militares y gobiernos democráticos.

A partir de entonces la Política empezó a ser más creíble. La sensación de que un gobierno está al servicio del pueblo y nó de los grupos de negocios se transforma en algo real y concreto. Luego de la Ley de Medios se sucedieron medidas -una tras otra como en el dominó- que comenzaron a devolver la confianza y esperanza. Las más importantes fueron: la posibilidad de ver el fútbol por TV abierta y gratuita; la nacionalización de las AFJP (jubilaciones privatizadas); la nacionalización de Aerolíneas Argentinas; la Asignación Universal por hijo; la continua reducción de la deuda externa y el rechazo de recetas impuestas por el FMI; la Ley de Matrimonio Igualitario; el avance en la integración latinoamericana que consolidó el MERCOSUR y la UNASUR; y el objetivo de asignar para 2010 el 6% del PBI en Educación, entre otras.

La gestión de los Kirchner tiene varias cosas para criticar y modificar. Podríamos mencionar la falta de libertad sindical y el monopolio de las telefónicas, por ejemplo. Pero lo que nunca se debe hacer es caer en la hipocresía de ver sólo lo malo o pensar que todo es malo. Para los que no llevamos la bandera partidaria, reconocer que este gobierno ha generado las políticas más positivas para el país de los últimos 50 años, no es apoyarlos incondicionalmente sino ser justos.

Algo distinto pasó y no nos dimos cuenta, o mejor dicho los grandes grupos mediáticos -esos que siempre tuvieron la manija del país- se ocuparon con vehemencia, con bronca y odio de que veamos sólo lo malo, lo negativo, lo que a ellos le conviene para mantener los negocios y el Poder. Que nada cambie es su objetivo. 

Hechos como la muerte del ex Presidente son difíciles de manipular o minimizar porque se impone el vivo y directo de los canales de TV. No hubo tiempo para torcer la realidad, para desalentar a quienes fueron a despedirlo. No hubo tiempo de nada. Los medios estaban desnudos e impotentes mostrando lo más cercano a la verdad: los cientos de miles de ciudadanos -entre ellos muchos jóvenes- que se acercaron al velatorio confirmaron que el gobierno de los kirchner no es uno más en el ejercicio del poder. 

Magnetto y la melodía del Clarín

Magnetto convocó a varios dirigentes de la oposición a su casa

                                                                                      (caricatura de Fabián Asis)

Los gobiernos duran 6 años, los diarios duramos 100. Los primeros dos años hay que sacarle a los gobiernos todo lo que se pueda. Los segundos dos años pegarle para seguir sacándole más cosas y los terceros dos años hay que voltearlos porque tiene que venir un gobierno nuevo y recomenzar el ciclo, manifestó hace varios años Héctor Magnetto, el gran conductor del Grupo Clarín.

                                                                                      por Alejandro Costanzo

Sólo alguien que ostenta mucho poder -más que el presidente, más que la justicia o incluso más que los legisladores- puede pensar y actuar de este modo. ¿Es posible que un medio de comunicación sea más poderoso que el Estado argentino?

De otro modo sería difícil entender que Hector Magnetto haya podido reunir en su propia casa al ex gobernador de Santa Fe y actual senador, Carlos Reutemann; al diputado y empresario, Francisco De Narváez; al ex gobernador de Buenos Aires, Felipe Solá; al ex presidente, Eduardo Duhalde y al actual jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri. Lo que llama la atención no es la reunión, sino que estos dirigentes se sometieran a una especie de examen sobre las candidaturas presidenciales para el 2011 con uno de los dueños del multimedio Clarín.

Duhalde negó que se haya hablado de candidaturas y a Macri le dio vergüenza reconocer que la reunión había sido en la casa de Magnetto. Sin embargo, De Narváez aseguó que “se habló de la necesidad de construir una alternativa o varias alternativas (politicas)”. Solá -fue el más explícito- dijo que Héctor Magnetto “quería saber qué pensaba el Peronismo Federal de la economía, qué pensaba del futuro, cómo nos ibamos a armar. Él quería escucharnos, quería saber quiénes eran candidatos. Yo ratifiqué que era candidato. (y preguntó) ¿Van a ir a internas o no?”.

El Presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, Gabriel Mariotto manifestó que así “se muestra a las claras cómo los lacayos de la política van sometiéndose al designio de un empresario” porque “el empresario necesita de estos políticos para defender sus intereses económicos y los politicos necesitan de los centímetros de los diarios y los minutos de la televisión”.

 

Cuando suena el Clarín...

Esta poderosa melodía del Clarín que le encanta tocar a Héctor no es de ahora. Hace varias décadas que suena con sutileza y fuerza a la vez. Su melodía, por ejemplo, convocó a unos generales para que se hagan cargo del Estado en 1976. Además, consiguió que la Argentina se sometiera al FMI y que sus amigos -los generales- le regalaran una papelera con papeles al día. Después, en democracia, Héctor cambió la melodía pero no las mañas y siempre quiso más y más.

A Ricardo Alfonsín le sacó una radio y cuando se cansó de su gobierno, Héctor muy enojado tocó tan fuerte que obligó al presidente a decir: "yo les pido que lean el Clarín que se especializa en titular de manera decidida como si realmente quisiera hacerles caer la fe y la esperanza al pueblo argentino (...) Sabemos que es un opositor acérrimo. Sabemos que este tipo de artículos aparece cotidianamente en el diario (...) Si el pueblo y la nación fueran lo que Clarín dice que es estaríamos todos destrozándonos entre nosotros".

A Carlos Menem le dio una manito. Hector tocó y tocó su Clarín para que “patillas” ganara fácilmente las elecciones. Después le sacó un canal de televisión y la posibilidad de convertise en un multimedio de comunicación gigante. El gran Héctor creció, creció y creció más que con sus amigos los generales. Así su melodía pudo ser escuchada con mucha más fuerza por la Argentina y el mundo. Diez años después convirtió a Carlitos en un muerto político. ¡Pobre Carlitos!

Es que Héctor es muy travieso y le gusta jugar a los soldaditos, al espionaje, a las estrategias y al manejo del poder. Siempre tiene tiempo de tocar su Clarín. Él es un buen músico y se irrita mucho cuando lo contradicen. No soporta que los políticos le digan que nó. Él quiere saber quién va a ser presidente y cuáles serán sus ministros. Él no quiere sorpresas que pongan en peligro sus negocios. Ahora está enojado -muy enojado- por eso de la Ley de Medios, porque puede perder su papelera o ir preso.

Pobre Héctor. Su Clarín suena mal y se nota. Ya no toca con sutilezas. Es muy grosero, violento y está desesperado. Pobre Héctor, pobre. ¿No estará necesitando que los argentinos le den un toque de atención para la solución a sus problemas de argentina?

Sin libertad gremial en Argentina

CONFLICTO CON LOS TRABAJADORES DEL SUBTE

Gordos

Gerardo Martínez, Hugo Moyano, Armando Cavalieri, Oscar Lescano y Luis Barrionuevo son algunos de los gremialistas denominados "Los Gordos" que llevan más de 20 años en la conducción.

Nacieron con el objetivo de mejorar las condiciones laborales: trabajos dignos, jornadas de ocho horas, mejores salarios, participación en las ganancias, jubilación, obra social y vacaciones pagas, entre otras.  Pero su acción no se quedaba sólo en las conquistas sino que tendía a  garantizar y defender los derechos de los trabajadores. Federaciones, uniones, asociaciones, gremios, sindicatos: todos están en crisis en la actualidad. Cada vez son menos los ciudadanos que confían en estas representaciones y muchos más los que sospechan, con justa razón, sobre la connivencia de las organizaciones obreras con el poder político y empresario en perjuicio de los trabajadores.

                                                                             por Alejandro Costanzo

El conflicto de los empleados del subte en la Capital Federal pone en evidencia esta crisis de representatividad y la estructura perversa sobre la cual está montado el sistema gremial en Argentina. El 98 por ciento de los trabajadores de Metrovías han decidido por votaciones democráticas que la Unión Tranviaria Automotor (UTA) no los representa y por lo tanto quieren conformar un nuevo gremio. ¿Pero si es casi la totalidad la que manifestó la necesidad de un nuevo espacio de acción, cuál es el problema que paraliza frecuentemente los subtes de la Capital?

Existe una estructura perversa que se afianzó durante los primeros gobiernos de Perón y continúa vigente. En ella no existe lugar para un nuevo gremio que pretenda ser independiente y todos los que están deben converger en la Confederación General del Trabajo (CGT): la única organización que puede convocar a paros nacionales y discutir políticas obreras junto al gobierno nacional. El Poder Ejecutivo, a través del Ministerio de Trabajo, tiene la potestad de asignar la personería gremial: la habilitación para ser reconocido como tal por el Estado. Sin ella cualquier acción que se tome, como por ejemplo un paro, puede encontrarse fuera de la normativa y afectar al trabajador con severas sanciones.

En este sentido, luego de que los obreros paralizaran nuevamente el subte el 5 de noviembre pasado, la empresa Metrovías realizó una denuncia penal en su contra, informó por la noche el noticiero del Canal 7 del Estado haciendo referencia a los trabajadores como "rebeldes". Además se remarcó que el único gremio reconocido era la UTA.

Los empleados del subte reclaman algo muy simple: que el gobierno nacional le entregue la personería. Esto que parece una pavada esconde un sistema perverso y corrupto, con orígenes fascistas de la Italia de Mussolin, de la España de Franco, de la Alemania Nazzi o la Francia de Vichy, entre otros. En esos gobiernos se afianzó el movimiento denominado "sindicalismo vertical" que de algún modo eran controlados y dirigidos por el Estado autoritario.

Entre 1939 y 1941, Perón fue agregado militar de Argentina en la Italia de Benito Mussolini. Perón no ocultaba su admiración por el régimen fascista al que definió como "un ensayo de socialismo nacional, ni marxista ni dogmático." (...) En sus discursos de 1944 Perón planteaba la necesidad de integrar al obrero al sistema como un consumidor y, de esa manera alejarlo de la influencia revolucionaria. (Fragmento de Felipe Pigna, Biografías: Juan Domingo Perón / www.elhistoriador.com.ar)

Cuando Perón asume la presidencia disuelve el poder del partido laborista (integrado por los mismos trabajadores y organizaciones obreras que lo apoyaron) y cambia la cúpula de la CGT.  Así, conforma un sindicalismo obediente al poder del Estado con la excusa de que su gobierno iba a favorecer los intereses de los trabajadores y que por lo tanto no se necesitaba un sindicalismo opositor en la CGT. El peronismo fue importante en el crecimiento del movimiento obrero y sus derechos, pero también el excesivo personalismo de Perón hacía que la solución de los problemas gremiales se canalizaran más bien por decisiones de arriba y no por cuestiones más horizontales tratadas por los trabajadores. (Fuente: Felipe Pigna, Artículos: El sindicalismo, ayer y hoy / www.elhistoriador.com.ar)

Ante "la entrega y la traición del sindicalismo empresario argentino", el 14 de noviembre de 1992 se conforma la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) con la idea de instrumentar un nuevo modelo sindical basado en "la afiliación directa, una democracia plena y la autonomía política.", manifiesta esta organización en su página web. Han pasado los gobiernos de Carlos Menem, Fernando De la Rua, Eduardo Dhualde, Néstor Kirchner y Cristina Kirchner, pero ninguno de ellos quiere dar la personería gremial a la CTA. Esta organización logró un amplio consenso en todo el país con más de 240 instituciones adherentes -entre ellas ATE (Estatales) y CETERA (Docentes)- y por ello está en condiciones de tener el mismo reconocimiento que la CGT.

El 11 de octubre de 2008 la Corte Suprema de Justicia de Argentina dictaminó la inconstitucionalidad del art. 41 de la ley 23.551 que exigía a los delegados estar afiliados al sindicato con personería gremial y ser elegidos en elecciones internas. En aquel momento uno de los jueces de la Corte, Carlos Fayt, aseguró que de esta manera se rompía con el "monopolio" gremial de la CGT; y agregó que no hicieron más que respetar el artículo 14 de la Constitución Nacional y los tratados internacionales que Argentina suscribió con la Organización Internacional de los Trabajadores (OIT).

En el país han pasado más de 50 años de hegemonía, impunidad y corrupción sindical evidenciados hoy más que nunca en los lujosos autos importados que ostentan los dirigentes, su alto nivel de vida y las nefastas prácticas de elecciones internas que mediante patotas coartan libertades para que no se presenten nuevos representantes. Hugo Moyano logró celebrar junto a Cristina y Néstor Kirchner sus 20 años al frente del gremio Camioneros y además es el titular de la CGT. Armando Cavalieri lleva más de 20 años como líder de la Federación de Empleados de Comercio, Oscar Lescano tiene 26 años al frente del Sindicato de Luz y Fuerza y Gerardo Martínez suma 20 años como titular de la UOCRA. Estos son sólo algunos ejemplos de representantes sindicales enquistados en el poder.

Los trabajadores argentinos no pueden depender obligatoriamente de un solo organismo que los represente a nivel nacional: la CGT peronista. Bien digo, peronista, de esto no hay lugar a dudas. Pero ¿es el peronismo el partido que defiende a los trabajadores? Hay demasiados elementos para sospechar -casi sin temor a equivocarse- que el peronismo dejó hace mucho tiempo de tener esa cualidad.

La mejor defensa para los trabajadores son los propios trabajadores, es el partido de los trabajadores, el de la libertad de elegir y ser parte de una organización de la cual estén orgullosos de pertenecer. Los empleados del subte empezaron este camino de acción y esfuerzo conjunto, un ejemplo más para ser imitado por otros. Apoyarlos es creer en una democracia más sana que de prioridad a las libertades y no las someta, que comprenda a aquellos que con su esfuerzo sostienen la Nación, ya que sin libertad gremial no tendremos un país más sano ni justo.

Cristina Kirchner lanzó su primer gran golpe al pulpo multimediático Clarín

PELEA POR EL PODER REAL DE ARGENTINA

El Grupo Clarin concentra la mayor cantidad de medios de comunicación de Argentina

Le quitó al multimedio Clarín el negocio del fútbol que representaba uno de sus mayores ingresos. Mandó el proyecto de Ley de Servicios Audiovisuales al congreso que podría obligar al "pulpo informativo" a desprenderse de muchos de sus medios. Y va por más: intentará desarmar la fusión entre Multicanal y Cablevisión, el último de sus monopolios. Además, la dueña del Grupo, Ernestina Herrera de Noble teme que reactiven la causa que investiga si sus hijos Marcela y Felipe son hijos de desaparecidos adoptados ilegalmente. ¿En qué cambia todo esto la vida de los argentinos?

Opinan: Jorge Lanata, Victor Hugo Morales, Alejandro Apo, Pino Solanas, Carlos Raimundi, Margarita Stolbizer y Eduardo Macaluse.

                                                                                       por Alejandro Costanzo

¿Acaso no es el gobierno quien tiene el poder del pueblo para transformar y mejorar la vida? ¿Y la función de un medio de comunicación no es la de contar a la sociedad lo que pasa, lo que hacen los distintos poderes del Estado? ¿Por qué un presidente tendría intenciones de pelearse con un multimedio?

El Estado quedó reducido a una cuestión de manual, de pura teoría política porque la realidad marca que el poder está bastante dividido. Por un lado los Kirchner tienen el formal: el del voto y por otro están las grandes organizaciones sociales como la C.G.T. y los grandes grupos económicos nacionales y extranjeros.

El Grupo Clarín se presenta como "la empresa de medios más importante de Argentina". Tiene en su poder toda la cadena de producción de la información más extensa del país: desde la fabricación del papel (Papel Prensa S.A.) hasta la distribución y venta de diarios, revistas, libros. También incluye agencias de noticias, canales de aire, canales de cable y radio emisoras en FM y AM. Además, concentra servicios de TV por cable, acceso a Internet y TV digital, y tiene productoras de cine y televisión. Organiza ferias y exposiciones. Posee convenios con instituciones que forman y capacitan a sus empleados. Y por si eso fuera poco, exhibe una fundación que "colabora" con la sociedad. Pero sus negocios e intereses no terminan allí, sino que se expanden en otras áreas económico-políticas que abarcan también a varios países.

El gigante mediático tiene poco más de 50 años de vida y su crecimiento está plagado de sospechas, connivencias e irregularidades: aún se intenta comprobar si los hijos adoptivos de Ernestina Noble -la dueña del Grupo- provienen de familias secuestradas en la dictadura. Por otro lado, hubo pactos con el gobierno de facto de Videla que sirvieron para incrementar sus negocios como fue Papel Prensa S.A. Además, durante el mandato de Memem obtuvo favores que le permitió ser el multimedio más grande de Argentina; Duhalde también lo benefició con la pesificación y la Ley de Bienes Culturales -hecha a medida para Clarín- que lo protegió de ser absorvido por empresas extranjeras. De esto casi nada se dice porque la mayoría de los periodistas, políticos y empresarios temen ser víctimas de una campaña de desprestigio social por parte del multimedio que los dejaría en ruinas.

Brindis por la inauguración de Papel Prensa S. A. entre Videla y Ernestina NobleErnestina Noble y sus hijos adoptivos Marcela y FelipeHector Magnetto, presidente del Grupo Clarìn

Inzqierda: El dictador Videla brinda con la dueña de Clarín, Ernestina Noble, por la inauguracion de Papel Prensa S.A. Centro: Ernestina Noble junto a sus hijos adoptivos Marcela y Felipe. Derecha: El presidente y Manager del Grupo Clarín, Hector Magnetto.

La relación entre el multimedio y Nestor Kirchner siempre fue buena, más que buena. Tenían un contacto fluido. No sólo se reunía con el presidente de Clarin, Hector Magnetto, sino que se mostraban con frecuencia juntos en lugares públicos.  Claro que en ese momento existían algunos regalitos -tal vez sugeridos por Hector-  para que esa "amistad" perdurara en el tiempo. En el 2005 Kirchner le extiendió a los medios las licencias por 10 años más de los 15 que ya tenían, es decir hasta el 2030; y días antes de terminar su mandato permitió que Clarín monopolice las señales de cable. Así se fusionaron de hecho Multicanal y Cablevisión.

Pero esta hermosa relación terminó en marzo de 2008, a tres meses de haber asumido Cristina Kirchner, cuando se desató el conflicto con el Campo Argentino. Aún no se había concretado la fusión legal de las señales de cable mediante la publicación en el Boletín Oficial y existía un rumor de que el gobierno, a través de un empresario amigo Rudy Uyolla, había intentado comprar el Canal 11 (Telefé). El pulpo mediático se ubicó del lado del campo al momento de informar y "atacó" sutilmente al gobierno. Esto desató la ira de los Kirchner quienes comenzaron a hablar contra el medio y elaborar una nueva ley de radiodifusión.

Despúes de un año y medio de aquellos hechos y de que Nestor Kirchner obtuviera malos resultados en las elecciones legislativas del 28 de junio pasado -que provocaron una suba en las acciones del Grupo Clarín en un 45%- el gobierno encaró una ofensiva tendiente a desarticular el poder del multimedio.

A mediados de agosto logró que la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) le quitara los derechos de televisación a la empresa TSC -perteneciente al Grupo Clarín-, un negocio millonario que pasó al Estado con transmisión gratuita para todo el país. Sin darle respiro al pulpo mediático, el 27 de agosto -día de la radiofonía- Cristina Kirchner anunció el envío al congreso del proyecto de Ley de Servicios Audiovisuales que de aprobarse lo obligaría a desprenderse de varias de sus señales. Pero según Gabriel Marioto, titular del Comfer -organismo que regula la radiodifusión argentina- dijo que aún falta evaluar la autorización para que pueda operar la fusión entre las señales de Cablevisión y Multicanal. Ese permiso no fue dado y sin embargo esta unión está funcionando, aseguró.

Hace más de 25 años que varios periodistas y organizaciones civiles esperaban un cambio en la comunicación mediática: que sea plural y democrática, que permita que muchos otros se expresen y no unos pocos. Por ello, a pesar de ejercer un periodismo muy crítico al gobierno de los kirchner tanto Victor Hugo Morales como Jorge Lanata manifiestan estar de acuerdo con el proyecto de Ley de Servicios Audiovisuales. Lanata aseguró que es en lo único que coincide con el gobierno y cree que sería peor que todo quede regido por la vieja ley. Morales piensa que más allá de sus diferencias con el gobierno no se pude estar siempre en contra porque hay que reconocer los puntos que son beneficiosos para la sociedad; y dijo que "estamos viviendo una etapa de tremendo abuso de los medios periodísticos cuando han adquirido una posición dominante". Ellos no hacen más que sostener la idea por la que siempre pelearon, manifiestan.

Hace 15 años que Victor Hugo denuncia los negocios nefastos entre la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y la televisación monopólica de Torneos y Competencias (Grupo Clarín). Lo han querido comprar, desprestigiar y censurar pero su coherencia fue la columna vertebral que sostuvo a Victor Hugo en el tiempo y le dio cada vez más presitigio profesional. El periodista deportivo, Alejandro Apo estima que de aprobarse la Ley existirá una "apertura" de voces periodísticas y por lo tanto de mayor posibilidad laboral.

Varios políticos de la oposición que expresan tener profundas diferencias con el gobierno también están de acuerdo con el tratamiento de la nueva ley de medios. El diputado electo el 28 de junio, Fernando "Pino" Solanas manifestó su coincidencia y aseguró que "es el hecho más auspicioso que haya lanzado Cristina Kirchner en estos tiempos". Por su parte el diputado Nacional, Carlos Raimundi dijo que está dispuesto a debatir y que cree que de aprobarse la ley puede marcar "un antes y un despúes" en la democracia argentina porque las grandes empresas de comunicación influyen en la construcción de la sociedad. Además, la diputada electa el 28 de junio, Margarita Stolbizer aseguró que "tener esa ley (en referencia a la que estableciera dictadura de Videla) en 25 años de democracia es una vergüenza" y agregó que está de acuerdo con la mayoría de los artículos (del nuevo proyecto) aunque le gustraría discutir otros. El Diputado, Eduardo Macaluse piensa que no "hay nada de malo en discutir" la ley con el actual congreso.

Cuando los intereses de una empresa de comunicación son tan grandes y diversos es casi seguro que la información que recibirá la sociedad estará manipulada o tergiversada. Durante la semana pasada, los titulares de la señal de cable Todo Noticias TN y Canal 13 fueron un ejemplo más que claro del tratamiento informativo sobre el mencionado proyecto de Ley. En esas pantallas se pudo leer: "Ley K de control de medios", "Rechazo unánime de la oposición", "Esta ley debería ser tratada con la nueva composición de la cámara", "Quieren condicionar la realidad a través de la información".

La propaganda fue la base y el sostén del gobierno de Hitler. La última dictadura militar más sangrienta de Argentina gozó de la misma herramienta "la buena prensa" y el ocultamiento de información mediante pactos y negociados con los díaros Clarín, La Nación y La Razón. De otro modo no se hubiese hecho tanto daño.

Ninguna sociedad ni democracia pueden crecer sanamente si existen monopolios informativos que tienen tanto o más poder que el Estado y son capaces de instalar en la sociedad un sólo pensamiento o discurso, más allá de que coincida o se oponga al gobierno. Necesitamos varias voces para permitir el pensamiento y la posibilidad de crecer en libertad. Esta ley es una buena iniciativa.



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Vale la pena hacer memoria

CLASE POLÍTICA

La Clase Política más popular de los últimos 25 años de democracia.

                                                                 por Alejandro Costanzo

Estas son las caras más populares que indudablemente han marcado la historia política de Argentina en los últimos 25 años. Muchos continúan vigentes y algunos se dicen que son "la renovación". Pareciera que la memoria colectiva olvida rápidamente el daño que se le ha hecho a la nación, a todos los que con su esfuerzo sostienen de verdad el país y a aquellos que intentan sobrevivir aunque sea "por el sandwich y la coca". La Corporación Política -y remarco lo de CORPORACIÓN porque a esto se ha reducido- copia la receta del cine de Hollywood: convoca a actores del momento para promocionar grandes estrenos pero con argumentos de viejas películas. Así, la Clase Política dirigente de Argentina continúa demostrando que aunque cambien sus caras o colores partidarios el que siempre sale perjudicado es el pueblo -en especial los sectores más vulnerables quienes necesitan mayor protección del Estado- mientras que sus beneficiarios son los banqueros, las multinacionales, los multimedios, empresarios amigos y dirigentes que se han enriquecido cada vez más y más.

No existe al menos un gobernante en este período democrático que haya cumplido una condena en la cárcel por enriquecimiento ilícito y mucho menos que haya devuelto lo que se robó. Esto demuestra que la Corporación Política se cuida, se protege porque la mayoría están manchados. "Sólo los ladrones de gallina van presos en Argentina".

En estos 25 años de democracia lo único que supieron hacer de manera constante quienes gobernaron fue aumentar la pobreza, la indigencia y la concentración de dinero en pocas manos. Lo que comenzó como un cambio estructural socioeconómico promovido por los Estados Unidos y ejecutado por la última dictadura militar continuó su marcha durante la democracia gracias a la complicidad de los gobernantes con los poderes externos -entre ellos el FMI y el G8- y los internos, como las empresas nacionales y multinacionales.

Otro ejemplo de vergüenza se dio en la década de los noventa. El voto en blanco comenzó a tener peso político y llegó a sumar -en algunos casos- un 20 por ciento. Esto preocupó a la Clase Política no porque no los votaran, sino porque se estaba notando en la sociedad que gran parte de la población no se sentía representada. La Corporación reaccionó rápidamente y eliminó de los cómputos el voto en blanco con la reforma de la Constitución Nacional de 1994. Es decir, metió la crisis de representatividad debajo de la alfombra. A partir de entonces si los votantes en blanco fuesen la mayoría no serían tomados en cuenta.

Otros fraudes que se sucedieron contra el débil sistema democrático argentino gracias a nuestra Clase Política fueron: los desaparecidos, el punto final, la obediencia de vida, la impunidad, los indultos, las privatizaciones, la Corte Menemista, la quita de movilidad a las jubilaciones, el pacto de olivos, las AFJP, la ley federal de educación, la convertibilidad, la farándula política, la corrupción, los multimedios, el enriquecimiento ilícito, los ñoquis, los atentados, la represión, la reforma laboral, el corralito financiero, la pesificación, la transversalidad, los piqueteros k, los radicales k, el INDEC de Moreno, el veto a la ley de los glaciares, la billetera política, los candidatos testimoniales, etc, etc, etc...

Pero este daño a la democracia no hubiese sido posible sin la conjunción de tres elementos de poder y coerción social: el Poder Político (gobierno de turno), el Poder Económico (los empresarios más grandes de Argentina y las Multinacionales) y el Poder de la Palabra (la prensa a través de las grandes corporaciones de multimedios que controlan la comunicación en el país). Esto funciona como una maquinaria bien aceitada: cada pieza en su lugar cumple su rol y obtiene sus beneficios. No está de más recordar lo que marca la historia: el que siempre perdió -en todo sentido- fue el pueblo.

Sin embargo, aún existen políticos honestos que tienen ganas de intentar revertir el bloqueo de la Corporación y que por supuesto los vemos poco o nada en los medios de comunicación. No tienen prensa. Hay muchos partidos políticos que prácticamente "no existen", aunque están ahí esperando un voto. Vemos 5 o 6 candidatos en las campañas, pero siempre hay muchos más. Averiguar, investigar e intentar conectarse con otras listas alternativas para conocerlas y si convencen votarlas, es hacer algo distinto -y casi revolucionario- por el país.

En las elecciones Presidenciales o de Gobernadores el que obtiene la mayoría de los votos se hace cargo de todo el poder de gobierno. En cambio, en las legislativas se asignan los espacios políticos de quienes debatirán las leyes a través porcentajes. La ocupación de una banca puede llegar a depender de un solo voto.

Por eso vale la pena hacer memoria antes de votar. Recordar quienes fueron y que hicieron estos candidatos. Pensar en darle la oportunidad a los que no tienen prensa, a los partidos -mal llamados- "chicos", a esos hombres que tienen ganas de cambiar las malas formas de hacer política. De esta manera-tal vez- nos vaya mucho mejor

Pelea entre el multimedio Clarin y los Kirchner

TODO POR INTERESES INDIVIDUALES

Ernestina Noble (dueña de Clarín), Héctor Magnetto (CEO de Clarín), Néstor y Cristina Kirchner

                                             por Alejandro Costanzo

A partir del 25 de marzo de 2009 el multimedio Clarín comenzó una campaña mediática denunciando interferencias en el interior del país en sus señales de televisión abierta y de cable (Todo Noticias), Radio Mitre y FM100. Durante el primer día se leyó ante cámara un comunicado de la empresa en el que no se especificaba quién habría sido responsable. Sin embargo, en el segundo y tercer día de denuncias se incluyeron declaraciones de varios legisladores opositores quienes sugirieron que las interferencias tenían que ver con el gobierno porque no le gustaba cómo informaba el multimedio. Dijeron además, que los Kirchner premian a los medios que informan como ellos quieren y castigan a los otros.

Pero lo que olvida mencionar la oposición es que todos los gobiernos anteriores han hecho lo mismo con los medios, incluída la última dictadura militar que tuvo negocios con ellos -por aquel momento eran sólo los diarios Clarín, La Nación y La razón- a cambio de informar lo que les convenía a los dictadores. Así, mientras se tapaban los secuestros por "desapariciones", masacres por "enfrentamientos" y no se hablaba de tortura estos medios, pero sobre todo Clarín, construían su imperio e incrementaban sus ganancias con dinero manchado con sangre. Jamás este multimedio sacó un comunicado para pedir perdón a la sociedad por la manera de informar en aquella nefasta época.

¿Acaso no es el gobierno quien tiene el poder del pueblo para transformar y mejorar la vida? ¿Y la función de un medio de comunicación no es la de contar a la sociedad lo que pasa, lo que hacen los distintos poderes del Estado? ¿Por qué un presidente tendría intenciones de pelearse con un multimedio? El poder del Estado es una cuestión de manual, de pura teoría política. La realidad -eso que se cuenta a través de los medios sólo cuando conviene- marca que el poder está bastante dividido. Por un lado los Kirchner tienen el formal: el del voto; por otro están Ernestina Noble (dueña del Grupo Clarín), Héctor Magnetto (mano derecha de Ernestina y CEO del Grupo Clarín); y no hay que olvidar a Hugo Moyano (titular de la Confederación General del Trabajo -CGT- y vicepresidente del Partido Justicialista), quien supo mostrar un cartel que decía "Clarín Miente" durante un discurso de Cristina Kirchner en Plaza de Mayo a principios de 2008. Todos ellos intentan conducir el país, el tema es saber hacia dónde.

La historia democrática argentina a partir de 1983 no registra una pelea tan prolongada entre Clarín y el gobierno de turno, ya que este medio supo o pudo lograr una "vida armónica" mediante satisfacciones y "regalitos" que sólo obtendrían de los Jefes de Estado a cambio de acompañar la gestión con "buenas noticias". Un tango de intereses que -como siempre- se baila de a dos y deja de lado lo más importante: los beneficios sociales.

Los kirchner -justamente- no fueron los presidentes que intentaron revertir esta situación para mejorar la calidad informativa de la argentina. Durante los primeros años se gastaron millones de pesos en publicidad oficial para "silenciar" a periodistas y medios, además de "aprietes" y llamados de atención por parte de ministros y funcionarios. En el año 2005 mediante un decreto le extienden a los medios las licencias por 10 años más de los 15 que ya tenían, es decir hasta el 2030. Además, días antes de terminar su mandato Nestor Kirchner permite -de manera poco clara- que el Grupo Clarín monopolice las señales de cable y así se fusionan Multicanal y Cablevisión.

A tres meses de haber asumido Cristina Kirchner se desata el conflicto con el campo. Aún, no se había concretado la fusión de las señales de cable con la publicación en el Boletín Oficial y existía un rumor de que el gobierno, a través de un empresario amigo Rudy Ulloa, había intentado comprar el canal 11 (Telefé). El multimedio Clarín se ubicó del lado del campo al momento de informar y "atacó" sutilmente al gobierno. Esto desató la ira de los Kirchner quienes comenzaron a hablar contra el medio y elaborar una nueva ley de radiodifusión. Este instrumento intentará desmonopolizar la comunicación en argentina y afectará intereses de los multimedios -sobre todo del Grupo Clarín que concentra la mayor cadena de producción de la información del país.

Pareciera ser que la sociedad siempre debe esperar recibir las migajas que dejan dos bestias peleándose por un trozo de pan, e incluso es probable que se tranquilicen, tomen un cuchillo y lo repartan a conveniencia. Entonces nunca más se escuchará hablar de "nueva ley de radiodifusión" y todo quedará como antes, o peor.

¿Por qué creen que tenemos sólo dos empresas telefónicas en todo el país?¿y sólo 3 compañías de celulares de las cuales 2 son de las telefónicas? ¿por qué piensan que pagamos carísimo el minuto de celular?¿y ni hablar del acceso a banda ancha?

¿Será porque el gobierno se lleva muy bien con los dueños del canal Telefé, es decir los mismos Españoles dueños de Telefónica?

Hace 25 años que se espera un cambio en la comunicación mediática: que sea plural y democrática, que permita que muchos otros se expresen y no unos pocos. Porque la comunicación no puede ser sólo un negocio y depender de los interese de los dueños de turno. La información es un derecho de la sociedad, por eso todos los medios de comunicación deben ser considerados como "servicios" a la comunidad.

Es importante, por el bien de todos, que el gobierno de Cristina Kirchner encare la nueva ley de radiodifusión de verdad, sinceramente, y nó como un elemento de presión política contra un multimedio. Tanto el Grupo Clarín, como el Grupo Telefónica (Telefé), el Grupo Uno (América 2) o cualquier otro deben dejar de presionar y buscar connivencias con el gobierno para que nada cambie y seguir así manejando la comunicación mediática en argentina.

¿Es posible -al menos una vez- hacer algo por el beneficio de todos?

 

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